El viernes pasado asistí a la celebración del Día internacional de la Discapacidad que se celebró en la Casa de la Cultura. El acto tuvo un poco de todo: videos, discursos y hasta un pase de modelos. Pero sin duda, para mí, lo mejor fueron los abrazos de dos alumnos a los que quise y sigo queriendo mucho. Uno, de mi primera "hornada" en este colegio y el otro, de un rubio de ojos azules al que ya no doy clase pero que recorre los pasillos de este colegio como pez en el agua.
Con los dos he pasado buenos y "no tan buenos" momentos. Porque son diferentes, porque necesitan un poco mas atención que los demás, porque...SON ÚNICOS. Todos los maestros soñamos con alumnos perfectos, obedientes, tranquilos, capacitados. Pero de repente un día tienes un alumno como ellos y tienes que cambiar tu manera de pensar y aprender a tratarlos, porque a quererlos...a quererlos no aprendes, te sale.
He encontrado este breve cuento que Emily Pearl Kinsgley, escritora del programa de TV "Barrio Sésamo" y madre de un niño con Síndrome de Down, escribió para describir la experiencia de educar a un hijo con necesidades especiales. Espero que os guste y que todos aprendamos a disfrutar de Holanda.
Esperar un bebé es como planear un fabuloso viaje de vacaciones a Italia: compras muchas guías de turismo y haces unos planes maravillosos: el Coliseo, el David de Miguel Angel, las góndolas de Venecia.... También puedes aprender algunas frases en italiano. Todo es muy excitante.
Después de meses de preparación, finalmente llega el día: haces las maletas y estás muy nervioso. Algunas horas después, en el avión, la azafata dice: "Bienvenidos a Holanda". "¿Holanda?", preguntas. "¿Cómo que Holanda? ¡Yo pagué para ir a Italia!
Toda mi vida he soñado con ir a Italia."Sin embargo, no ha habido un cambio en el plan de vuelo, el avión ha aterrizado en Holanda y ahí te tienes que quedar.
Así que tienes que salir y comprar nuevas guías de turismo, incluso tendrás que aprender un idioma nuevo.
Lo importante es que no te han llevado a un lugar horrible: se trata, simplemente, de un lugar diferente. Es más lento y menos deslumbrante que Italia.
Pero después de pasar allí algún tiempo y de recuperar la respiración, empiezas a mirar a tu alrededor y te das cuenta que Holanda tiene molinos de viento, tulipanes, incluso Rembrandts...
Pero todos tus conocidos están ocupados yendo y viniendo de Italia, presumiendo de los días maravillosos que han pasado. Y durante el resto de tu vida, te dirás: "Sí, ahí es donde se suponía que iba yo. Eso es lo que yo había planeado". Este dolor no desaparece nunca, porque la pérdida de este sueño es una pérdida muy significativa. Pero si malgastas tu vida lamentando no haber ido a Italia, nunca podrás ser libre para disfrutar de lo que es especial: las cosas encantadoras que te ofrece Holanda."